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Letras para pasar un rato
miércoles, 1 de febrero de 2017
viernes, 13 de enero de 2017
La orquesta
La
orquesta
A excepción de las cuerdas
de violines, arpas y contrabajos, las teclas del piano y todos los de percusión, el resto de
instrumentos de la misteriosa orquesta era de cristal.
El más delicado y
transparente jamás visto.
Las partituras descansaban
en atriles de cristal reluciente.
Los músicos, temerosos,
aguardaban el momento en que la batuta del director, también de cristal, les indicase el comienzo
de la primera pieza de la noche.
En cuanto lo pensaron
sucedió: la batuta cobró vida, sostenida por una mano que no parecía sujetar
nada, a no ser un punto de luz bailarín.
Desde ese instante la luz
atravesó de mil formas distintas los instrumentos, creando conexiones de brillo
y color.
Por primera vez en la
historia de la música era posible disfrutarla a todo color.
Tranquilizados por la
ejecución de las piezas, los músicos empezaban a disfrutar de su labor.
Entonces, en un sobresalto inesperado por
todos, los instrumentos estallaron al unísono en una explosión de silencio.
Millones de partículas de
cristal ocuparon el espacio en la platea, ocultando a los intérpretes tras una
nebulosa viva de puntos de luz de diversos colores.
El público cerró los ojos al
tiempo que se llevaba las manos a los oídos.
Entre la masa crepitante
solo quedaron las teclas del piano, perdidas cual soldados caídos en plena
batalla, numerosas cuerdas de diferente longitud, palillos y tambores y grandes
hojas, infestadas de notas, que un chiquillo lanzaba al aire antes de hacer
ondear la batuta mientras caían.
viernes, 21 de enero de 2011
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